por William Read
Parte VIII: La España Boba y la Independencia Efímera
Después de despachar un emisario a España a comunicar la buena nueva de la reconquista, Juan Sánchez Ramírez expulsó a todos los nuevos residentes de nacionalidad francesa y creó nuevos Ayuntamientos en todas las poblaciones de cierta importancia. El enviado de Sánchez Ramírez fué bien recibido por la Junta Central de Sevilla, donde un Consejo de Regentes gobernaba en nombre de Fernando VII, quien estaba secuestrado por Napoleón.
Ya a principios de 1810 se le dió la bienvenida a Santo Domngo en el seno de la soberanía española y se le prometió que una columna de tropas le sería enviada para la protección de la Colonia. El comercio de la Colonia con España y las otras posesiones de la corona estarían libres de gravámenes y que los impuestos serían exonerados por diez años. Se derogaron los decretos que obligaban a los colonos a limitarse a determinadas cosechas y se les prometió ayuda financiera.
La administración de justicia en la Colonia se puso bajo la jurisdicción de la Real Audiencia de Caracas y a Juan Sánchez Ramírez se le otorgó el título de Capitán General. Don José Núñez de Cáceres fué nombrado Teniente-Gobernador, Auditor de Guerra y Asesor General.
Sorprende que Santo Domingo, al liberarse de Francia, volviera a ser colonia española, cuando las otras posesiones españolas luchaban por romper sus vínculos con la madre patria. Al principio los domnicanos no tuvieron motivos para lamentar esa decisión: los elementos mas progresistas de España se encargaban allí de la cosa pública, y la constitución de 1812 (proclamada luego en Santo Domingo) prometía que la democracia de España sería extendida a las posesiones de ultramar.
Bajo la nueva constitución, Santo Domngo obtuvo su representación en la Cortes y Don Francisco Javier Caro fué elegido su primer diputado. Estas reformas duraron muy poco, pues cuando se firmó el Tratado de Valencey entre Napoleón y Fernando, este último pudo volver a Madrid y su primer decreto fué dar marcha atrás a las disposiciones liberales surgidas de la Junta Central de Sevilla. Los dominicanos vieron con asombro cuando se les impuso una política reaccionaria peor que la antigua. Aquí empieza el llamado “Período de la España Boba”.
La prosperidad de Ferrand se había evaporado y Sánchez Ramírez no tuvo tiempo para mejorar la condición económica del pueblo; éste murió en 1811 y le sucedió un viejo reaccionario de nombre Urrutia, interesado en enriquecerse él y sus advenedizos colaboradores mas cercanos. Los héroes de Palo Hincado fueron tratados con desdén.
Puerto Plata era el único puerto activo, donde se embarcaba tabaco en pequeñas cantidades a Europa y se exportaba algo de cueros, caoba, ron y melazas a Estados Unidos; no se producía suficiente café ni cacao y la producción de azúcar era mínima. La pobreza general era tal que ya casi no había diferencia de clases: todos eran pobres.
La llegada a Haití de Simón Bolívar en 1815 alarmó mucho al Gobernador de Santo Domngo, ya que Bolívar fué acogido cordialmente por Petión, por lo que el Gobernador ordenó el movimiento de las milicias. Bolivar no estuvo mucho tiempo allí, lo que aquietó los ánimos en la parte española.
Las condiciones de la colonia mejoraron con la sustitución del General Urrutia por un nuevo gobernador mas liberal y con la puesta en vigencia nuevamente de la constitución de 1812. Esto coincidió, sin embargo, con la renovación del peligro de Haití. Muere Petión en 1818 y le sucede el General Jean Pierre Boyer, seguidor de la política y estrategia de Toussaint.
Boyer envió de inmediato emisarios a las provincias fronterizas a promover la insurrección de los habitantes de color en favor de Haití. El nuevo Gobernador de la colonia española, General Kindelan dirigió una carta al Presidente Boyer, pidiendo explicaciones respecto al asunto, y Boyer le contestó que él no intervenía en asuntos internos de nadie y que respetaba los derechos de todos. Tampoco Haití tenía ambiciones de obtener mas territorio. Y hasta envió el General Kindelan a su sobrino, el General Real, a Puerto Príncipe a hacer las investigaciones de lugar.
Pero desde hacía algún tiempo, Don José Nuñez de Cáceres fraguaba una conspiración para liberar a Santo Domingo de la Soberanía española y unir sus destinos a los de la recién nacida República de la Gran Colombia; el momento le pareció propicio para ello y el 30 de noviembre de 1821 lanzó una proclama anunciando la independencia de la Colonia de la Monarquía Española y su unión a Colombia. El General Pascual Real no opuso resistencia y fué embarcado para España. Los diputados de provincias se constituyeron en Junta Provisional de Gobierno, con Don José Núñez de Cáceres como Presidente de Haití Español.
Se redactó una constitución, en la que se declaró que Haití Español formaba parte de la Federación de Colombia, y se envió al Doctor Antonio Pineda a solicitar al Presidente de Colombia la admisión del nuevo país a la Federación y pedir ayuda para mantener la independencia del nuevo estado. Al mismo tiempo se envió un emisario al Presidente Boyer para proponerle un tratado de amistad y para recabar su reconocimiento de la independencia de Haití Español.
Boyer no desperdició la ocasión y contestó con un comunicado el 12 de Enero de 1822 diciendo que el pueblo dominicano se sometía formalmente a la Constitución y a las Leyes de la República de Haití, y para asegurarse de que así fuera, movilizó su ejercito para ocupar el terrtorio dominicano. El 6 de Febrero llegó el Presidente Boyer a Baní, donde se reunió con Núñez de Cáceres para planear la entrada de Boyer en Santo Domingo y tres días mas tarde presentaba éste las llaves de la ciudad Primada al Presdinte Boyer en bandeja de plata.
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Parte VIII: La España Boba y la Independencia Efímera
Después de despachar un emisario a España a comunicar la buena nueva de la reconquista, Juan Sánchez Ramírez expulsó a todos los nuevos residentes de nacionalidad francesa y creó nuevos Ayuntamientos en todas las poblaciones de cierta importancia. El enviado de Sánchez Ramírez fué bien recibido por la Junta Central de Sevilla, donde un Consejo de Regentes gobernaba en nombre de Fernando VII, quien estaba secuestrado por Napoleón.
Ya a principios de 1810 se le dió la bienvenida a Santo Domngo en el seno de la soberanía española y se le prometió que una columna de tropas le sería enviada para la protección de la Colonia. El comercio de la Colonia con España y las otras posesiones de la corona estarían libres de gravámenes y que los impuestos serían exonerados por diez años. Se derogaron los decretos que obligaban a los colonos a limitarse a determinadas cosechas y se les prometió ayuda financiera.
La administración de justicia en la Colonia se puso bajo la jurisdicción de la Real Audiencia de Caracas y a Juan Sánchez Ramírez se le otorgó el título de Capitán General. Don José Núñez de Cáceres fué nombrado Teniente-Gobernador, Auditor de Guerra y Asesor General.
Don José Núñez de Cáceres |
Bajo la nueva constitución, Santo Domngo obtuvo su representación en la Cortes y Don Francisco Javier Caro fué elegido su primer diputado. Estas reformas duraron muy poco, pues cuando se firmó el Tratado de Valencey entre Napoleón y Fernando, este último pudo volver a Madrid y su primer decreto fué dar marcha atrás a las disposiciones liberales surgidas de la Junta Central de Sevilla. Los dominicanos vieron con asombro cuando se les impuso una política reaccionaria peor que la antigua. Aquí empieza el llamado “Período de la España Boba”.
La prosperidad de Ferrand se había evaporado y Sánchez Ramírez no tuvo tiempo para mejorar la condición económica del pueblo; éste murió en 1811 y le sucedió un viejo reaccionario de nombre Urrutia, interesado en enriquecerse él y sus advenedizos colaboradores mas cercanos. Los héroes de Palo Hincado fueron tratados con desdén.
Puerto Plata era el único puerto activo, donde se embarcaba tabaco en pequeñas cantidades a Europa y se exportaba algo de cueros, caoba, ron y melazas a Estados Unidos; no se producía suficiente café ni cacao y la producción de azúcar era mínima. La pobreza general era tal que ya casi no había diferencia de clases: todos eran pobres.
La llegada a Haití de Simón Bolívar en 1815 alarmó mucho al Gobernador de Santo Domngo, ya que Bolívar fué acogido cordialmente por Petión, por lo que el Gobernador ordenó el movimiento de las milicias. Bolivar no estuvo mucho tiempo allí, lo que aquietó los ánimos en la parte española.
Las condiciones de la colonia mejoraron con la sustitución del General Urrutia por un nuevo gobernador mas liberal y con la puesta en vigencia nuevamente de la constitución de 1812. Esto coincidió, sin embargo, con la renovación del peligro de Haití. Muere Petión en 1818 y le sucede el General Jean Pierre Boyer, seguidor de la política y estrategia de Toussaint.
General Boyer |
Boyer envió de inmediato emisarios a las provincias fronterizas a promover la insurrección de los habitantes de color en favor de Haití. El nuevo Gobernador de la colonia española, General Kindelan dirigió una carta al Presidente Boyer, pidiendo explicaciones respecto al asunto, y Boyer le contestó que él no intervenía en asuntos internos de nadie y que respetaba los derechos de todos. Tampoco Haití tenía ambiciones de obtener mas territorio. Y hasta envió el General Kindelan a su sobrino, el General Real, a Puerto Príncipe a hacer las investigaciones de lugar.
Pero desde hacía algún tiempo, Don José Nuñez de Cáceres fraguaba una conspiración para liberar a Santo Domingo de la Soberanía española y unir sus destinos a los de la recién nacida República de la Gran Colombia; el momento le pareció propicio para ello y el 30 de noviembre de 1821 lanzó una proclama anunciando la independencia de la Colonia de la Monarquía Española y su unión a Colombia. El General Pascual Real no opuso resistencia y fué embarcado para España. Los diputados de provincias se constituyeron en Junta Provisional de Gobierno, con Don José Núñez de Cáceres como Presidente de Haití Español.
Se redactó una constitución, en la que se declaró que Haití Español formaba parte de la Federación de Colombia, y se envió al Doctor Antonio Pineda a solicitar al Presidente de Colombia la admisión del nuevo país a la Federación y pedir ayuda para mantener la independencia del nuevo estado. Al mismo tiempo se envió un emisario al Presidente Boyer para proponerle un tratado de amistad y para recabar su reconocimiento de la independencia de Haití Español.
Boyer no desperdició la ocasión y contestó con un comunicado el 12 de Enero de 1822 diciendo que el pueblo dominicano se sometía formalmente a la Constitución y a las Leyes de la República de Haití, y para asegurarse de que así fuera, movilizó su ejercito para ocupar el terrtorio dominicano. El 6 de Febrero llegó el Presidente Boyer a Baní, donde se reunió con Núñez de Cáceres para planear la entrada de Boyer en Santo Domingo y tres días mas tarde presentaba éste las llaves de la ciudad Primada al Presdinte Boyer en bandeja de plata.
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