por William Read
Parte VII: La Reconquista
El Almirante Missiessy informó a Napoleón de la valerosa reistencia que Ferrand presentó a la invasión de Dessalines y el Emperador le perdonó su desobediencia y lo confirmó en su puesto de Gobernador de la Colonia. Recibió refuerzos y se le facilitaron arreglos financieros con los Estados Unidos. El Gobernador reanudó sus planes de desarrollo económico para la prosperidad de la colonia.
Los emigrados fueron llamados a regresar y todo incentivo posible fué dado a la agricultura y al comercio con los Estados Unidos. Se establecieron cuarteles militares y se repararon caminos, se emprendieron proyectos de riego. Durante tres años reinó la paz, y en ese período el Gobernador hizo todo a su alcance para promover el progreso de sus gobernados españoles y para conciliarlos con la soberanía francesa.
Pero la pasión por la independencia comenzaba a florecer y tan pronto como los empobrecidos propietarios pudieron reconstruír sus casas y hubieron sembrado sus desvastados campos vuelve a surgir el espíritu de la rebelión. Algunos acontecimientos inclinaban la balanza en ese sentido:
-en España Napoleón trataba de imponer en el trono (de buen grado) a su hemano José Bonaparte, lo que no era de la simpatía de los colonos españoles,
-en la colonia se impuso la idea de que los haitianos no querían a los franceses, y que con españoles convivirían en armonía los dos países (grave error). Dessalines ya había encontrado la muerte y Alexandre Petíón gobernaba como Presidente en Puerto Príncipe, pero el tirano Cristophe tenía su reino en su Ciudadela en el Cabo.
El espíritu de rebeldía se regó instigado por Don Juan Sánchez Ramírez, colono de Cotuí, quien había emigrado en 1803, regresando a Cotuí en 1807; Ferrand le ofreció el puesto de Comandante de Armas en Cotuí, cargo que él rechazó.
Se dedicó Sánchez Ramírez a fomentar la revolución y consiguó el apoyo del Padre Morilla, Vicario de El Seibo, D. Manuel Carvajal, de Higüey, del Padre Moreno, de Bayaguana, del Padre Vicente de Luna, Vicario de Santiago, de Don Francisco de Frías, Comandante de Armas de San Francisco de Macorís, y los comandantes de armas de Cotuí y La Vega.
Ferrand salió al encuetro por el sur, logrando algún éxito; pero la sublevación del país era general, recibiendo ayuda de Petión y de Cristophe, además de los refuerzos de Puerto Rico. La fragata inglesa Franchise, mandada por el Capitán Dashwood, también ayudó a los revolucionarios.
Monumento a la Batalla en Palo Hincado |
El éxito alcanzado por Ferrand cotra los insurgentes del sur, animó a Ferrand a dirigirse a la base de operaciones de Ferrand en el este y salió de Santo Domingo para Palo Hincado, cerca de El Seibo. Allí estaba Sánchez Ramírez con unos seiscientos hombres. Las tropas de Ferrand eran casi igual en número. El encarnizado encuentro fué cerca del campamento de los rebeldes y cayeron muchos de los oficiales franceses y Ferrand, viendo la derrota de sus soldados, emprendió la fuga.
Fué perseguido por unos cincuenta hombres al mando de Pedro Santana. Comprendiendo su fracaso, Ferrand se suicida en un lugar llamado Arroyo Guaguía. Santana encontró su cadáver, le cortó la cabeza y la llevó a El Seybo, donde celebraron la victoria. Sanchez Ramírez envió emisarios a todo el país a avisar a los simpatizadores de la revolución la buen nueva y para convocar a la asamblea a reunirse en Bondillo, Bayona, por Manoguayabo, el 13 de Diciembre de 1808. Allí se firmó un pacto entre los jefes del movimiento, rindiendo pleitesía a Fernando VII y eligieron a Juan Sánchez Ramírez gobernador de la colonia.
Entonces marcharon a Santo Domingo, a la que pusieron en sitio. El General Du Barquier, ayudante de Ferrand, sostuvo el sitio hasta el 9 de Julio de 1809; esto a pesar de la asistencia del General británico Carmichael, quien desembarcó con tropas británicas a auxiliar a Sánchez Ramírez. Los franceses entregaron la ciudad dos dís después, después de firmar pacto de capitulación; el General Carmichael se llevó a los pocos oficiales y soldados franceses en su barco a Jamaica, en calidad de prisioneros de guerra.
Así termina la Era de Francia en Santo Domingo, que había comenzado con el desembarco de las tropas napoleónicas el 29 de Enero de 1802 en la Bahía de Samaná.
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Así termina la Era de Francia en Santo Domingo, que había comenzado con el desembarco de las tropas napoleónicas el 29 de Enero de 1802 en la Bahía de Samaná.
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Se cuenta que en Bondillo se debatió si restablecer la colonia o fundar un país independiente (idea sustentada por Ciriaco Ramírez).
ResponderEliminarLos hateros eran mayoría y salió vencedora la primera propuesta de restablecer la colonia española.